Hoy queremos homenajear a «Hedy Lamarr», por su aportación como inventora del sistema de comunicaciones denominado «Técnica de transmisión en el espectro ensanchado» en el que están basadas todas las tecnologías inalámbricas que disponemos hoy en días.
Resumimos brevemente su trayectoria de proyecto vital y nos extenderemos más en los resultados que dieron paso a su invento.
Nacida en Viena el 9 de noviembre de 1914 como Hedwig Eva Maria Kiesler, pianista en Budapest y aun teniendo orígenes Judios fue criada en el catolicismo. En sus inicios en el colegio fue catalogada como superdotada. Siendo una mente inquieta abandonó más tarde sus estudios de ingeniería para cumplir su sueño de ser actriz. Descubierta por Max Reinhardt (empresario y director de teatro y cine) la motivó a formarse en interpretación que la llevó a trabajar en la industria del cine para terminar siendo la mujer más bella de la historia del cine. Un desnudo integral en la pelicula «Éxtasis» llevó al infierno su vida cuando sus progenitores avergonzados la obligaron a casarse con el hombre que les pidió su mano, Firtz Mandl al quedar encandilado con su belleza en la escena, pensando que de esta manera un hombre de avanzada edad la llevaría por el buen camino.
Adentrándonos en los aspectos más técnicos.
La jaula de oro que simbolizaba el matrimonio con Firtz Mandl le hizo retomar la carrera de ingeniería. Las reuniones de trabajo de Mandl a las que estaba obligada a asistir propició el aprendizaje y recopilación de información sobre las características tecnológicas del armamento nazi. En medio de la segunda guerra mundial Hedy, decidió hacer una contribución personal a los esfuerzos bélicos de los aliados. Rechazada inicialmente por el “National Inventions Council”, que amablemente le sugirieron que dedicara sus esfuerzos con su bonito físico y su éxito como actriz para promover la venta de bonos de guerra. Consiguió recaudar más de 7 millones de dólares en una sola noche ofreciendo un beso a cambio de la compra de un bono mínimo de 25.000 dólares.
Su insistencia en la contribución con los aliados se centró en los campos susceptibles a la innovación, las comunicaciones y los sistemas de guiado de armas por control remoto.
Contra la destrucción nazi
En la década de 1940, Lamarr trabajaría con el compositor George Antheil para apoyar el esfuerzo bélico aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Preocupada por la seguridad de su madre judía en Viena, era consciente de que los submarinos nazis se dedicaban a destruir barcos que transportaban refugiados a América. Quería ayudar a los aliados, por ello trabajaron en el concepto de que los barcos pudieran comunicarse con sus torpedos. Ambos desarrollaron un sistema de guiado de torpedos que no era vulnerable a la interrupción electrónica y descubrieron el principio básico para la tecnología de espectro extendido o salto de frecuencia que posteriormente se adaptaría a la tecnología Bluetooth y Wi-Fi. Era una señal de radio segura que iba del barco al torpedo que cambiaba las frecuencias según un código complicado, por lo que los soldados y científicos alemanes no podían encallar la señal.
¿Reconocimientos?
La patente para esta señal de radio segura se concedió en 1942. Más de 60 años antes de que el wi-fi se adoptara ampliamente en todo el mundo. Aunque no se puso en marcha en la Segunda Guerra Mundial, sinó que la tecnología apareció por primera vez en los buques de la Marina de EEUU en 1962 durante la crisis de los misiles cubanos.
En 1997 ganó el Premio Pioneer de la Fundación Electric Frontier y fue la primera mujer que ganó el Premio Bulbie Gnas Spirit of Achievement, llamado «Oscar de la invención», otorgado a aquellos cuyos éxitos contribuyen significativamente a la sociedad. En 2014 fue ingresada póstumamente al Salón de la Fama de los Inventores Nacionales.
Lamentablemente, hasta el día de hoy, ni Hedy Lamarr ni su familia han sido remunerados por la industria multimillonaria a la que su idea abrió el camino. Aunque no se puede reconocer universalmente que Hedy Lamarr inventó Internet, el ejército estadounidense ha reconocido públicamente su patente de salto frecuente y su contribución a la tecnología.
Gracias a grandes mujeres como Hedy Lamarr, podemos disfrutar hoy de la gestión en remoto de sistemas automatizados mediante la LOGiPlatform.